El martes 8 de enero conté «Un pedazo de mundo» en Artespacio Plot Point (C/ Ercilla, 29). Fueron solo tres personas pero hice la función. El próximo martes, más. Y así, (pero con más gente, espero) todos los martes de enero. 

Hoy he disfrutado de una función colectiva de cuentos en «El Sol de York», una sala de teatro recién inaugurada (C/ Arapiles, 16). Público familiar para disfrutar del trabajo de Mercedes Carrión, Susana Moreno y Eugenia Manzanera, que estuvo estupenda. Esta noche a las 21 horas contaremos Victoria Gullón, Héctor Urién, Marissa Amado y yo. Ojalá haya al menos tanto público como esta mañana. Y ojalá salga una función tan bonita. 

Estamos en marcha, haciéndole un hueco a nuestro oficio en la cartelera de espectáculos de nuestra ciudad, entrando en salas de teatro. Trabajando, haciendo lo que sabemos hacer. La cosa está mal, sí, pero como diría Galileo «Eppur si muove». 

Hay que moverse. Resistir. Arriesgarse. Mantener viva la alegría. Seguir ofreciendo con nuestro trabajo refugio frente a las adversidades. El refugio que ofrecemos también nos cobija. Es uno de los privilegios de nuestro oficio inestable.

Y en eso estamos.