Durante noviembre y diciembre del año pasado estuve en residencia artística en Donostia. Invitada por DSS2016, San Sebastián Ciudad Europea de la Cultura, trabajé con Lorea Igartua en el proyecto KontuKontanitz. Había estado en la ciudad en junio, realizando el taller Break a leg!, donde conocí a Lorea. Entre unas cosas y otras, seis semanas en Donostia, cerca del mar. Un lujo.
Este mes he presentado la memoria de la residencia artística. Será por eso que me han venido a la memoria muchas cosas que hice en esos días: conversar y pasear con Lorea, correr por la playa, ver exposiciones, recoger hojas secas, mojarme bajo la lluvia, visitar a personas que no conocía, ver un ensayo de danza, leer un libro de Leila Guerriero, ir a dos bibliotecas (la del C.C. Okendo y la Koldo Mitxelena,-maravillosa-), mirar el mar, ver a gente surfeando… Mi trabajo era escuchar y mirar. Sumergirme. Acercarme. Hacerlo con la esperanza de que algo pasara y tener, entonces, algo que contar. Y sucedió «Ella siempre hace lo que quiere», un poema y dos relatos, que cuentan acerca de flores y sus deseos, acerca de viajar, crecer y sobre todo, acerca de bailar -que es la pasión de Lorea-.
Este mapa (que voy a mejorar próximamente) es un resumen de esos días. Hay trabajos que son un regalo.