Cuando 50 peques de 3 y 4 años se ponen en pie para enseñarte modos de volar, vuelas. Vuelo en esas alas que me dan. Hay funciones así. Estoy en Zaragoza y llueve. La lluvia en primavera me gusta. Sales a la calle y te mojas, claro, pero no hace frío y me parece hermoso mirar cómo caen y resbalan las gotas sobre la ciudad. Cuando llueve, a veces, me da por pensar cosas. Y pienso en las funciones en las que vuelo y en las alas que me da la belleza que hay en el mundo.