¿Cómo lo cuento?
A Carlos Grassa y a mí nos presentó Carolina Rueda, amiga común. Esuvimos hablando una tarde en la casa de Carlos, La Cala, acerca de nuestras respectivas pasiones y trabajos. Meses después recibí una llamada telefónica suya, me hacía un encargo: participar en el catálogo de una exposición de cuadros del Grupo
Zhebra. Debía responder a la pregunta ¿Cómo lo cuento? Y lo hice.