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Este viernes vi a Cristina Verbena haciendo equilibrios en El Pequeño Teatro de los Libros. Una librería con vocación de centro cultural que hace también equilibrios y a la que sus libreros-funámbulos Carolina y Ciro están convirtiendo en un referente para quienes disfrutamos contando y escuchando historias.

«EquiLIBRIstaS» es un espectáculo de narración oral delicado y arriesgado. Cristina se sube a su alambre de palabras y hace piruetas, nos asombra con el más difícil todavía. Un mundo se pone en movimiento, un mundo de extraños funambulistas que caminan asomándose a abismos, a punto de caer (o a punto de alzar el vuelo). Prosa y poesía, muerte, amor y zombies hacen cabriolas y son hilo que se tiende entre la narradora y sus oyentes. Por ese hilo paseamos de la mano de la narradora, que nos hace mirar lugares insólitos. Lugares que sólo se ven desde el alambre, que no podríamos haber visto sin el hilo que ella tiende y por el que nos conduce.  La Verbena es la acróbata que camina en las alturas y sin red, sonriendo, bailando, siguiendo el consejo de Jean Genet en El funámbulo: «tú no estás para divertir al público, sino para fascinarlo». Y nos fascina.